El habitante mediocre no creía en las consecuencias.

"Obviaba con un leve desdén cada advertencia. Así fue creciendo llamado a ser un lider mundial. El emperador de los mediocres en el reino de la normalidad incoherente." (Exodo 3, 10)


Creo que te estaba mirando fijamente







Y en las noches de los pensamientos débiles, cuando levanto la mirada para buscar el rastro casi perdido de tus caricias, cuando me muevo entre las sabanas de mis lamentos, implorando a mi intelecto una cierta dignidad.

No! deja de escribir, mira a otro lado, das vueltas en círculos, cual calesa. Si, afirmas, no encuentro palabras nuevas. Enfadada sales a pasear. Has estado hablando sola y ahora te parece una conversación real. Y recuerdas las palabras de la mandrágora:

Me has arrancado la tranquilidad de mi primera vida...me despertaba entre apacibles pensamientos...no veía nada malo, pues no tenia ojos.

Deambulas y ahí en ese mismo momento es cuando empiezan las decisiones inconexas. Siempre mismo ritual, elección del café equivocado, mesa mal ubicada, café con mal gusto, necesitas perder al menos tres horas, dejarlas ir para activar de nuevo tu sentido de supervivencia ante lo inútil.

Recurrente inutilidad, has querido jugar con ella. Inútil pensamiento que arrastra lo que ya no es. Inútil apego, que mina las esperanzas. Inútil tiempo que aniquila las ilusiones y persigue las pretensiones.

Dios que dramatismo!! exclamas... Lo he dicho en alto? Piensas...

Parece que si, por que ese hombre te esta mirando, no! de hecho levanta la mano y te saluda. Rubor implacable. Y ahora se levanta y camina hacia ti. Sopesas las opciones. Salir corriendo...No! demasiado tarde. Esconderte bajo la mesa...No! demasiado mayor.

Tienes que ser sincera le dirás que le estabas mirando demasiado fijamente, pero sin verle, que lo sientes mucho... que quieres estar sola...si se lo dirás.

Esta cada vez mas cerca, lo esperas atenta, dispuesta al ataque que le destrozara el animo... No! por que pasa de largo?, que rapidez, como? a donde va? te giras....

Evidente inutilidad la de las esperanzas, la cristalera tras de ti deja a la vista de cualquier ojo el resto del mundo, no estas sola, bueno quiero decir en el planeta... no te saludaba a ti.

Y vuelves a la mandrágora que anuncia

!Pero me vengaré!

Complicado vengarte de ti misma.


*Discurso de la mandragora, en Isabel de Egipto, de Achim von Armin

En la penumbra de mi mente




En la penumbra de mi mente hay tormentas, un huracán de arena que me nubla los ojos............

En la penumbra de mi mente hay sombras, manantiales de reproches que oscurecen mi mirada.............


Quince escalones, los había contado incontables veces, los había subido y bajado en innumerables ocasiones. Pero ahora no sabia muy bien por que la escalera de caracol, se le antojaba infinita, pesada. Quizás el tedio era lo que le pesaba sobre los hombros.

Comenzó a trepar con poco entusiasmo, y cuando hubo llegado arriba se dio cuenta que había olvidado a por que subía. Se sentó bajo el marco de la puerta e intento recordar. No conseguía averiguar que estaba haciendo antes de proponerse subir la escalera. Quizás si recordaba lo que estaba haciendo, podría adivinar a por que objeto había subido. Si no, pensó, también podría coger lo primero que se encontrara en su camino y descender por la escalera.

Un nuevo objeto, una nueva actividad. Lo que no quería era bajar con las manos vacías, y quedarse de nuevo al pie de la escalera.

Miro al techo, en la esquina superior había una telaraña, la araña no estaba, se movía por la brisa que corría en el hueco de la escalera. De pronto recordó... no lo que había venido a buscar... si no algo que un día le contaron.

Cada persona a lo largo de un año come mientras duerme ocho arañas.

Se estremeció.