El habitante mediocre no creía en las consecuencias.

"Obviaba con un leve desdén cada advertencia. Así fue creciendo llamado a ser un lider mundial. El emperador de los mediocres en el reino de la normalidad incoherente." (Exodo 3, 10)


La muerte de un pez naranja

Nadar de lado no es del todo corriente, no......ponerse con la barriga hacia arriba tampoco...no, Los peces no se dan nunca la vuelta, no se viran y se giran, no......

Cada vez que intento, que con todas mis fuerzas remo hacia esa dirección, acabo girando en círculos, no consigo llegar más allá, atravesar ese finito metacrilático que me golpea, una y otra vez, los ojos bien abiertos, perpétuamente alerta, miro y no recuerdo, has pasado y ya no estas, te has ido definitivamente de mi segundo, así vestidos de retazos desechados onduláis el agua. Que ilusa mi ilusión, hecho de material blando. Giro a la izquierda y vuelve a parecer la derecha, no hay mas que mas allás, que me engañan en un juego de transparencias que ya no me gustan, que ya no me consuelan.
Y mis párpados, perdidos, contraídos, inexistente no me dejan descansar, moriré con los ojos abiertos, sin conseguir recordar poco más que la última contracción, no habrá pasado, no habrá huellas, tampoco masas tristes que me lloren. Tres segundos más tarde volveré a preguntarme si tras esa barrera inservible habrá un algo perdurable o solo más y más olvido amontonado.
Que mi panza flote mitad fuera del agua no es normal.....no.
Tampoco es buena señal....no....no.