El habitante mediocre no creía en las consecuencias.

"Obviaba con un leve desdén cada advertencia. Así fue creciendo llamado a ser un lider mundial. El emperador de los mediocres en el reino de la normalidad incoherente." (Exodo 3, 10)


Con mi vela amarilla y mi proba emparchada


Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol, me canta al oido, y yo le creo, por que no habría de confiar en el que me hace reir...y lo sencillo se vuelve hacia la ventana, mira que hoy ha salido el sol, y amenaza con quedarse ahi arriba todo el día, más allá del atardecer, más allá de la condena que le sumerge al otro lado del mundo... pero ahora que caigo aquí sentada, soy yo la que me muevo de hemisferio, me traslado a mi antojo, sin miedo a caer, me coloco boca abajo, y la sangre se me viene a la cabeza.

Y entonces los pensamientos que me atormentaban se ahogan, agónicos me imploran, pero no hay manera de volver a voltearme, en mi nueva posición, mundo del revés, me siento firme.

Lo curioso es que aquí todo parece estar en posición no invertida, en el lugar original... mis ojos bien abiertos, en alerta, en algun momento veré algo, sentiré algo, que me dará la pista para seguir ese hilo, laberinto de minotauro, pero tras la pista voy... Y canto arena... o mas bien la escupo.

No debería escribir tan amenudo.


Cada rizo del suelo es un
sueño contado
Algo como un recuerdo, una
imagen, un beso
Y en la espalda del día se
queda ese algo

(Hoy no quiero estar lejos de la casa y el árbol)