Y así me he ido quedando a la orilla. Abandonada de la palabra, llorando interminablemente como si del mar subiera el llanto, sin más signo de vida que el latir del corazón y el palpitar del tiempo en mis sienes, en la indestructible noche de la vida. Noche yo misma. María Zambrano
¿A quien le hablo? y ¿Quien me escucha? palabras ordenadas que cobran significado, pero no llegan a ningún oído, ninguno listo para entender y alzar la mano para sujetar las ganas, atraparlas y darles un sitio estático donde admirarlas. ¿Con quien hablo? anclame al suelo! Tu que no me estas escuchando, me voy a dejar pillar, no vas a tener que correr tras de mi, atrápame!